viernes, 3 de marzo de 2017

No. Creo. En. Las. Casualidades.

Dos meses han pasado ya, desde que creé este espacio. Y hasta hoy no me he lanzado a estrenarlo, por ese respeto y chiribitas que acompañan a las citas importantes. Aunque las razones quedarán para otro momento.

Necesito desahogar que estamos perdiendo el norte. Me preocupa la cantidad de odio y bilis con la que estamos llenando las redes sociales estos días. Esa intolerancia no es un fenómeno nacido hoy, pero es que tiene el monopolio de la conversación a la altura de lo que fueron el ébola o Grecia en su momento. Sin apenas muestra alguna de respeto por ninguno de los contendientes.


Yo, por mi parte, me abstengo de abrir la boca más que para llamar a la misericordia (si es necesario os lo traduzco por reconciliación) y a la calma, que me parece lo más sensato que se ha podido predicar estos días. Como primera confesión del blog, voy a correr el riesgo de volver a recibir las etiquetas que ya me han caído otras veces, "por ser quién soy y lo que represento", vete tú a saber. Lo aceptaré, aunque sea anónimo en esa cajita de comentarios, mientras conlleve diálogo y respeto.


Pero mi quid de la cuestión, sin tomar parte, es el respeto. No aceptaré ni entenderé ningún bando que promueva el odio. Ante las etiquetas, que absolutamente todos parecemos, yo sólo veo y veré personas, con situaciones únicas que me impiden juzgar (porque no me corresponde) y generalizar (porque no somos una masa). Pensad si es fácil o no es una forma más positiva de tratarnos.


Y, sin enrollarme más, creo firmemente que no somos fruto de la casualidad ni del azar. Ni para lo bueno, ni para lo malo. No podemos predicar ni intentar vivir una Buena Noticia a la que demos la espalda cuando los tiempos no ayuden. Tampoco es que otras épocas hayan sido más fáciles, pero si la que se nos ha dado es ésta, será que nuestra misión es ser luz ahora. Todo tiene un sentido. Hagámoslo fácil y bien, por pequeño que sea. No puede ser imposible convivir.


"Tened la valentía de enseñarnos que es más fácil construir puentes que levantar muros". Papa Francisco, vigilia de oración en el Campus de la Misericordia. JMJ Cracovia 2016.

1 comentario:

  1. Comparto P. Julián. Estamos perdiendo el norte.Esta semana he perdido la paz interior, estaba dispuesta a enfrentarme con la misma moneda con el que discrepaba conmigo,con odio y critica. He discutido con toda mi familia por Whatssap, y tengo toda la semana unos nervios que me ha dado por increpar a todo el que va por la calle con un perro. He decidido que solo quiero reconciliarme con Nuestro Padre. Escuchar solo buenas noticias y milagros que hay muchos cada dia. Amén

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